lunes, 12 de abril de 2010

Surfary en Madeira!

Madeira, el Hawai de Europa! o eso dicen...

El caso es que no se ni como ni porqué pero Robert y yo decidimos marcarnos un viajecito surferil a ese penacho atlántico. Pero lo que no sabíamos era lo que nos aguardaría en esa isla portuguesa llena de sorpresas...El viaje comenzaba un viernes por lamañana, salíamos de Málaga embriagados en risas, aliñados con temas de oposiciones, surfing, cesarismos, carreras,... y de repente! puff...!!! llegando a Antequera me quedo sin gasolina, jaja, menos mal que no pasó nada,pero ya empezaban los detalles, que más tarde analizaríamos como el inicio de un sin fin de sorprendentes acontecimientos.

Después de una panzaaa de km llegamos a Lisboa, sin saber por dónde ibamos, y encima con un notable estres conductoril propio de una gran ciudad, aderezado de las indicaciones magistrales de Roberto, fue casi una odisea, pero al final llegamos al fin al Barrio Alto, zona de salida de la noche Lisboeta. Alli cayó una cena y unas cervecitas bien merecidas! aunque fuimos más allá y las cervezas fluían y fluían entre conversaciones insulsas con algunos portugueses espontaneos, que nos llevaron a enjabonarnos a fondo con la consecuencia de que salí del parking con el portón abierto y con una peste a embrague quemado. Al fin, encontramos un lugar cerca del aeropuerto en el que dormiríamos unas horas y dónde dejaríamos el coche una semanita.

Pues bien! el Sábado 20 de Febrero nos disponíamos a coger el avión, con la adevertencia de que se retrasaba por mal tiempo, sufriendo un retraso de 20 minutos, nada que decir!
aunque nos puso mosca! pues sabíamos que ese día el parte daba un buen día. En fin... hicimos un viaje aeroplaneril de 4 horas Lisboa-Lisboa, si si, fuimos a Madeira pero no estuvimos! fuimos pero no pudimos aterrizar! Madeira estaba sufriendo una catastrofe de lluvias torrenciales que concluía con una terrible noticia, ¡42 muertos y un sin fin de desaparecidos! Dios mío! no sabíamos que hacer, pasábamos de Madeira y nos íbamos a Sagres o k??

El domingo después de una noche en un hotel 4 estrellas con pensión completa que nos puso easy jet, por fin volábamos a Madeira, a ese aeropuerto construido mitad en la isla y mitad en el mar. Jaja, lo del coche también fue una coña que otro día contaré, pero decir, que más vale gastarse unos eurillos más porque lo barato sale caro caro caro...

Por fin Madeira! ya estamos aquí... diosss mio... la isla nos sorprendía minuto a minuto, era algo que no había visto nunca, ponía todos los sentidos, era increíble...

El Surfing:
Surfing... pero que surfing! Hawai de Europa???... pero esto que es!!!!! madre mía esta isla no hay por dónde cogerla, las fotos de internet que almacenábamos en nuestra cabeza no concordaban con la realidad, y las expectativas de surfing diario se desvanecían...
Los picos que wanasurf aseguraba "all surfer" fueron
los primeros en investigar pero no estaban pa na: Achadas da cruz (que nunca la encontramos), Faía de Areia (ande está la arena y la ola?), Porto da Cruz (faltaba tamaño), Machico (esto es un pico?)... wua!!!!
Bueno, y que tal los "experience surfer spot", a ver....: Ponta Delgada (como se llega hasta ahí), Porto Moniz (y ahí?), Ribera de Janela (joder, otro pico impracticable, imposible de llegar y con pedrogaos, setas y correntón), y bueno! Sao Vicent (izquierda del norte que no albergaba mucha peligrosidad y podía ser un baño! al menos uno!,... quedaba en el tintero).
Los animos decaían, aunque se incrementaban cuando veíamos a lo lejos las olas,... impracticable cuando nos acercabamos, ya ibamos pal sur a esas derechicas importantes: Paul do Mar (con bar surfer llamado la Rampa pero correntón), Punta Pequena (otra de las que... allí como se llega) y Jardín do Mar (derecha que rompe enfrente de una especie de engranajes que hacen de espigón para el puerto, y según wanasurf para "only pros and kamikaces" jaja).
Bueno ya solo nos quedaba el último piquillo importante Ponta do Sol (otro pa kamicaces), pero antes de llegar, cual fue nuestra sorpresa, joder una playa, con pocos pedrogaos, o al menos no a la vista, una derecha en la que si la corriente nos jugaba una mala pasada había sitio por donde salir, era asequible aunque muy cerca de la orilla, un recto y croqueta! jaja... Madalena do Mar era el pueblo, y el pico escalera y dimitrios!!! jajaja nos salvó el viaje con 5 sesiones trepidantes....

Las pechás de comer:

Comer a pajera y beber sin miseria... va de la mano en un viaje de estas características, pero esto se difruta más si nos cuesta two dogs , es decir, dos perras.
Dos son los rincones emblemáticos que conquistaron nuestro corazón y nuestro estomago, y que sin duda os aconsejo cuando visitéis Madeira. "Bar Precipio", en el sur dirección Paul do Mar,
en dónde flipamos con esos cafelillos y esas dos porciones de tarta de medio kilo que no nos costaron ni
3 euros. Y bueno! el bar de los bares... "Churrascaria Hipólito o Inmaculado", no me acuerdo! en Funchal carretera a Monte y Santana, en dónde Walter un sudamericano un poco soso nos daba de cenar en abundancia y bueno bueno.Ah! y no me olvido de las cervecitas que siempre había oportunidades de degustar y que callaban nuestra sed, y que nos hacian pasar buenos ratos...

Veredas y Levadas:

La isla, como supondréis ya!!! del turismo surfero no vive, y por eso como es un lugar increible con paisajes sorprendentes, se han inventado una red de Veredas (cami
nillos señalizados) y Levadas (especie de acequias que acercan el agua a las poblaciones al mismo nivel del altitud), ambas ideales para disfrutar de las delicias del senderismo.
En fin, como del surfing no se podía vivir
todo el día, hicimos unas cuantas rutillas, que por un lado nos acercaban cada vez más a los lugares más bonitos de la isla y por otro lado nos servía de entrenamiento, ya que lo hacíamos corriendo y andando. Vereda do Ponta de Sao Lorenzo (Paisaje de acantilados bastante wapo); Vereda do Fanal (Camino de alta montaña con flora increible en dónde nos cascamos unos 22km); y bueno el que más nos gustó Vereda Pico Areiro-Pico Rubio (los dos picos más altos de la isla a más de 1800 metros)


Madeira, por una lado el mar, por el otro la sierra, y entre estas dos grandezas majestuosas, un pueblo que lo defiende, lo reconstruye y le da calor.
Sin duda un destino que te engatusará desde el principio hasta el final.